supongamos que nuestros destinos, nuestras vidas individuales y colectivas, no se construyen sobre lo que sabemos, sino sobre lo que ignoramos.
si la soberbia y la prepotencia vienen de mano de la ignorancia, entonces, ¿qué futuro nos esperará?
la siniestra fenomenolo¡¿qué?! de la página en blanco
no caballero, ni lo piense, no nací para eso, ni morí por eso, anote que me niego terminantemente, por favor, anótelo, deje bien claro que, salvo yo mismo, no acepto que nadie responda por mí, entienda, véame, mire estas arrugas, observe estas articulaciones inchadas, estos huesos doblados, son el precio, es el saldo de la cuenta, está en cero, mire, no he debido nada a nadie, y no espere que empiece ahora, huélame la piel, no, no es perfume francés, es el olor rancio de lo que desaparece, es la marca indeleble de lo envejecido, el precio de lo que se sostiene por fuerza propia, de lo que no se vendió, vende o venderá.
algunos aspirantes a escritores se ahogan en vasos de agua (en los talleres literarios te dicen que agregues adjetivos, como si eso implicara "escibir mejor").
poema berreta I
si hay algo que nunca recuerdo (y siempre redescubro), es que escribo para entender.
no uso teléfono celular, no quiero un i-pod, todavía puedo prescindir de un dvd. resisto. pienso todo el tiempo en qué es necesario y qué no lo es. voy camino a ser como esos tipos que hoy no saben ni cómo encender una pc. la verdad es que no me importa. hace unos días, unos extranjeros me pidieron que les sacara una foto, dije que sí y me dieron un celular. oh, no, pensé, ¿de qué lado se pondrá?, ¿qué botón habrá que apretar? ¿y el foco? me hice el experto y apunté con suficiencia por donde me pareció que tenía que apuntar. me equivoqué, el tipo se acercó, lo puso en la posición correcta (al revés) y me señaló un botoncito. casi casi se llevan una foto mía. en su álbum hubiera figurado como el subdesarrollado que nunca había visto un celular de cerca, te digo más, como el subdesarrollado que suponía que las fotos todavía iban a parar a un álbum.
en la mañana de hoy, en el predio perteneciente a la facultad de agronomía, en el barrio del mismo nombre, de esta capital, dos individuos (un automovilista y un ciclista) se trabaron a golpes de puño luego de que el conductor del automóvil encerrara intencionalmente al ciclista contra el margen de la calzada, situación que -en apariencia- habría puesto en serio peligro la vida de este último, quien indignado, alcanzó a propinar un fuerte golpe al capot del automóvil, al grito de "la concha de tu madre".
R.I.P.
¿hasta qué punto no es legítima una re-acción violenta?
lo siento (en realidad, no), 5 y 6 pasaron de largo.

