manocruel ©: 08/01/2005 - 09/01/2005

31.8.05

este fotolog está bueno

29.8.05

SUEÑO CON FANTASMAS

I

Camino por un lugar parecido a la Costanera del Río de La Plata, en Buenos Aires. Me sigue en fila india un ruidoso grupo de chicos que me muestran lo que sería el campo de deportes de su escuela: una especie de enramada semicircular que ocupa la vereda y parte de la calle. Pienso en las pobres condiciones en que estudian.
(Estimo que se trata de unos pequeños vecinos que a veces nos visitan. Tienen 2, 4 y 6 años, están mal alimentados y se les nota. Para colmo, su madre acaba de dar a luz trillizos. Mi casa no es la gran cosa, pero comparada con la suya debe parecerles poco menos que un palacio. No hacen más que correr de la PC a la heladera, de la heladera a la TV y de allí a la lata de galletitas.)
El grupo de chicos se convierte en una procesión de parientes más o menos cercanos, tíos, padres, etc.
Entramos en un recinto con pasillos y habitaciones, o podría ser una estación de tren vieja, porque alcanzo a ver las estructuras metálicas típicas de la arquitectura inglesa de principio de siglo pasado.
(En el diario de ayer vi una fotografía de una chica que posaba sobre un puente de metal que cruzaba unas vías y me pregunté si la foto habría sido tomada aquí, en buenos aires.)
Según parece nos estamos yendo, después de pasar allí el día como si fuera un domingo o un feriado. Escucho que alguien dice que mi sobrina Aymée y otra persona se perdieron en los pasillos y hay que encontrarlas antes de salir.
Empiezo a revisar las habitaciones que están cerradas. Estoy buscando a mi tía Mary (hermana de mi padre), pero al abrir la primer puerta, en lugar de su nombre grito el nombre de mi hermana fallecida: ¡Gloria!.
En la habitación en penumbra hay una cama, se descorre una manta y veo asomar el rostro de mi hermana, con el cabello teñido de rubio. Con ojos desorbitados y sonrisa rectangular me dice: ¡acá estoy!.
(Poco después que muriera mi hermana, su hija Aymée fue a vivir con su padre cubano a Miami, en donde reside actualmente. Mantenemos contacto regular vía e-mail. Últimamente nos escribimos poco y eso me da mucha pena.)
Huyo despavorido, cerrando la puerta detrás de mí, gritando: ¡no, por favor, por favor, no!.
Despierto conmocionado, dejo la luz encendida y me vuelvo a dormir después de un buen rato.


II

Un tipo me engaña fácilmente y me roba el auto.
Rompo a llorar desconsolado.

24.8.05

16.8.05

Carajo

Tengo, por lo menos, dos caras. Ninguna de las dos se sostiene por sí sola. De modo que la función de la una es desplazar sucesivamente a la otra cada vez que esta empieza a decaer. Son las caras de uso diario, de levi´s todo terreno. Una la heredé de mi abuelo Juan, muerto hace unos años (todos los funerales son tristes, pero el suyo fue de un silencio tan respetuoso, intenso y estremecedor, que aún hoy se me eriza la piel cuando lo recuerdo). Fue un tipo rudo, muy rudo, de a caballo, terco y autoritario. Trabajó desde muy pequeño. Su universo conocido, el campo, fue quedando acorralado con los años en espacios cada vez más empobrecidos. Nacido en medio de La Pampa inmensa de principios del 1900, acabó sus días en un departamento de dos ambientes en el barrio de Once. Estaba lleno de historias asombrosas y una de ellas contaba que su padre había amasijado a un tipo en un ajuste de cuentas a puro facón, como si tal cosa. Todas sus frases terminaban invariablemente en "¡carajo!".Le adeudo -para bien y para mal- no sólo buena parte de mi carácter, sino de mi constitución psíquica. Anoche volví a soñar con él (a propósito, se ve, de esto que estoy escribiendo), como siempre, como aparecido. Balbuceó no sé qué cosas. Finalmente, no pudiendo permanecer en ese estado, se redujo rápidamente a un pequeño juguete de trapo y se escurrió en la penumbra. Desperté temblequeando, como siempre que sueño con muertos. Antes de dormirme vino a mi memoria cierto comentario de una noveleta vieja y mala (siempre se me pegan citas sueltas de programas berretas). La chica le decía al chico: "Vos hablando sos un nabo, pero escribiendo sos un genio". Era verdad. El personaje era bastante torpe, pero le escribía bonitos poemas a su chica, y ella lo quería por ese costado tierno. Lejos, muy lejos de la genialidad, ésta última resulta ser mi contracara: la del torpe que escribe cosas bonitas.
No sé a dónde iré yo con toda esta lata, pero sí se de dónde vengo. Vengo de ayer a la noche, en un tenebroso estacionamiento de Retiro. Ahí me dijiste lo que me dijiste. Seguramente salieron a lucirse mis dos caras, las hermanitas terca y torpe, con su espectáculo de contradicciones multicolores, como siempre, a tratar de explicar.
Te confieso: a veces, verme, me entristece. Pero por si es necesario repetirlo: escribir me redime, me hace sentir más humano, más real. Desnudo y vulnerable, en carne viva, enfrentado a mí mismo. La piel muerta de frío es lo único verdadero. Yo era poca cosa hasta que tu cuerpo y el mío se desnudaron juntos.