manocruel ©: 09/01/2003 - 10/01/2003

30.9.03

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¿QUÉ TE IMPORTA?

No tengo alma de hacker ni espíritu bruswilliano. No nací para ser un héroe. Soy más parecido a Roger Rabbit que a Roger Moore (Bond, se entiende). Escribí bien sólo una o dos cosas; una vez un poema con el alma desmembrada, y algún otro con el corazón cautivado para siempre. Después sólo pude balbucear perdigonadas de frases esquizoides, extraídas a fuerza de sopapa, de bomba centrífuga, de escarbar con pico y pala y sangre, hurgando en la herida ya cerrada. Escribir es como hecharse el mejor polvo en cada línea; como acariciar a la mujer deseada y caliente, saborear cada una de sus comisuras, tenerla debajo tuyo y gozarla de todo a todo, sin límites. Por eso odio estos dedos mezquinos que cada tanto se quedan mirando el papel, abierto y deseante como una mujer desnuda y abierta. Porque es como estar subido a la mujer desnuda y abierta y tener las manos atadas a la espalda, estar constipado, querer gritar o correr en sueños. Es un fantasma sobrevolándote como un buitre que espera te des por vencido para picotearte los ojos.

Pero eso no será hoy, ni mañana, ni pasado.

Y no dejo de preguntarme por qué algo de todo esto podría llegar a importarte.

29.9.03

AMANECER

Despertás a media noche sudando frío, sintiendo hervir el vientre bajo la piel, con el esfínter parpadeando en un desesperado intento por contener lo incontenible, con el estómago contrayéndose por la nausea. Estás a oscuras en tu habitación, no hay más compañía que el eco de un murciélago que revolotea buscando insectos en el cielo nocturno. Miles de veces fantaseaste con la idea de morir allí, lanzándote desde el balcón o víctima de un paro cardíaco o cosa parecida, solo, en tu cama y en tu casa; de cómo se vería días después tu cadáver descompuesto, antes de ser descubierto por la pestilencia que iría inundando los pasillos. Recordás esa fantasía mientras caminás doblado en dos y a tientas hasta el baño. Si hubieras alcanzado a abrir la puerta, ahora el vómito no estaría derramado sobre el parqué. Caíste de rodillas por la violencia de la convulsión y tus manos chapotean entre jugos grisáceos y trocitos de comida sin digerir. Entrás al baño y te sentás en el inodoro mientras sentís que la humanidad se te escurre en cada espasmo. Un torrente acuoso fluye, y otro, y otro, semejando los granos derramados al abrirse la tolva de un granero. Hace calor pero hace frío, te brota sudor hasta del último poro de la piel. Un cuchillo helado te perfora la ingle y otra vez la tolva y sus granos precipitándose, la náusea y la clara certeza de que todavía no pasó lo peor. Vas perdiendo el conocimiento y no hay mucho por hacer. Empapado y tiritando de frío esperás, resignado, como quien espera la muerte.

Volvés al mundo al fin, y el sudor está cubierto con lo que vomitaste mientras estuviste desmayado ¿Cuánto tiempo pasó? La evidencia demuestra que fue mejor no estar consciente. Los restos de comida tapizan el baño en un metro a la redonda.

Mientras amanece limpiás y desinfectás el parqué, el piso del baño y el lavatorio. Te das una ducha y te ponés ropa limpia. Volvés exhausto pero físicamente aliviado a tu cama y, mientras vas de la vigilia al sueño, en ese intervalo difuso que es tan difícil recordar despierto, alcanzás a preguntarte cuántas cosas más habrá que te hagan entender lo terriblemente sólo que fuiste quedándote.

26.9.03

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MALENTENDIDO

Escuchar la palabra y no atender al ínfimo palpitar de la voz que la pronuncia. Perderse el acorde desgarrado de un adiós cualquiera en una estación de tren, una exhalación, un nunca vuelvas o un gracias lanzado al aire como quien desecha un cartón vacío. No sentir la piel estremecerse, el espasmo imperceptible y cotidiano de los cuerpos que se tocan. No atrapar el destello en la mirada fortuita, la opacidad inerme del tiempo en sus pupilas. Ignorar la renguera de un corazón mutilado de latires, la mueca distraída de la imbecilidad mejor lograda.

Deberían ser pecado estos olvidos. Condenada la torpeza de sucumbir a esa impresión precaria y obvia. El cuerpo habla y calla lo que le pasa al hombre, y la palabra no conoce de buenos entendidos. Adolece la falta de significados que en el cuerpo abundan. Siempre difiere lo que se dice de lo que se escucha, y las dos cosas difieren al unísono de lo que realmente pasa.

24.9.03

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otra historia de amor

Love

Love Story
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ESCATOLOGÍA PARA PRINCIPIANTES

Me he quedado aquí, tumbado sobre este poste de luz, que solidario me abraza sin preguntar de dónde vengo, ni por qué ni cuánto ni qué he bebido. He vomitado a sus pies y me he dormido a pleno sol o me he desmayado durante un rato. Me han visto sus muchos ojos con desprecio, con odio, temor y pánico de sí mismos. Han cubierto los ojos de sus hijos con vergüenza (han colocado un velo de vergüenza sobre sus miradas intactas). Me he cagado en esos sus putos ojos. Me he cagado en su desprecio y en su temor y en su pudor hipócrita.

Desde el fondo de esta botella es que te escribo. Acunado en el abismo hediondo de mi propia náusea. Es el infierno aquí, igual que para tí allá afuera, aunque no lo puedas ver. Monotonía de ebriedades paralelas. No hay tal paraíso. Sólo posibles dimensiones de un mismo infierno inagotable.

22.9.03

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OTRA VUELTA

Volver a la naturaleza con los pulmones llenos de nicotina y los ojos centelleando el último flash de la cnn; volver al sur de la infancia con el cuerpo llagado por los años, con las ausencias machacándote la memoria, con la picana aun quemándote la piel, con el germen fascista latiéndote polizón en las entrañas. Desandar el camino a machetazos en la trasnoche del tiempo; deshacer los surcos de la historia tallados con las uñas de los sometidos; vomitar la cosecha de una tierra abonada con sus cadáveres atados de pies y manos.

Imposible volver al sur con los brazos vacíos. El sur ya no es el sur y el hombre del sur está bien muerto. Ya no existe. El hombre que hoy navega río arriba queriendo volver, chapotea con su fuera de borda las aguas contaminadas con ddt, y porta las manos de sus antepasados sureños manchadas de sangre, hundidas en los bolsillos de un impermeable pierre cardin.

18.9.03

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¡HIJA DE PUTA!

Todo él le fue explotado y vomitado en mil pedazos en la cara. Todo él, enorme, le estalló en la frente en un purulento eructo volcánico de vino berreta, plomo y azufre. Como un vendaval de fuego, regurgitando desaforados e interminables escupitajos de lava ardiente y huracanadas llamaradas de napalm. Su aliento enfurecido le desbastó le atravesó el alma y el cuerpo de pecho a espalda, reduciéndola para siempre a un despojo chamuscado de carne, huesos astillados y cenizas.

Desde sus pequeños ojos quebrantados de cristal, Adela adivina el futuro.

16.9.03

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SELF MADE MAN

Hay un lugar frío, un lugar de sábanas de hielo, un camino que va a ninguna parte, un laberinto sin entradas ni salidas, sin principio ni fin, transitado por aquellos que van hacia donde nadie los espera. Destino común que titila en todos los andenes de todos los trenes y todos los colectivos de todas las ciudades. Hay balas de tristeza que atraviesan el camino y los andenes, y cada tanto alguno de los transeúntes, alguno de los pasajeros, cae, suicidado. Otros, acaso heridos por puñaladas de abandono, siguen caminando como pueden, gota a gota desangrados. Es este un camino en el que ser un self made man es haber hecho lo mejor posible con los pocos pedazos que fueron quedando, y aunque pueda ocurrir que sí, no siempre quedan los mejores pedazos, casi nunca.

Hay quienes eligen morir para pagar el precio de haber vivido así o asá. Muertos que no se resignan a ser muertos porque hay instantáneas que no los dejan morir del todo, que los obligan a permanecer.

Me acuerdo ahora de ese lugar frío, del camino transitado a cachetazos y patadas y de los pobres pedazos con los que me rehice a pesar de todo. No sé por qué me acuerdo también de esos muertos que fueron obligados a morir sólo a medias, y juro, como si creyera en dios, que no sé qué hacer con este recuerdo.

12.9.03

Cartero

Furugorg Jonsered, en Suecia, a 4 de noviembre de 1904

Rilke

Mi querido señor Kappus:

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3.9.03

SEUDOSONETO PARA MOVER EL VIENTRE

Sea loado todo aquel que en el presente
se acomoda y no atisba ni una duda,
yo no soy de los que van de prepotente,
sobre todo si es cuestión de envergadura.

* Aristóteles le dijo a los ancestros:
"Tengo miedo de mandarme una burrada.
En el arte del cagar yo no soy diestro;
sólo sé que de este asunto no sé nada."


Atendiendo a las palabras del maestro,
si el destino te ha fijado continencia,
quién te dice, condolido aquí te muestro
si te sirve amigo mío mi experiencia.

Cuando sientas que la suerte no te ayuda,
si las uvas no desatan un torrente,
no te afijas, pon tu culo en una cuba
y bebe un litro de este nuevo detergente.

* Pd:
Más si Sócrates leyera este soneto
y entendiera por error esta licencia,
gritaría: ¡Caballeros, qué insolencia!
¡les suplico no me falten el respeto!


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2.9.03

BORDERLINE

yo/tú/soy/eres/otro/a

Piedra, hueso, piedra, piedra, zapato, piedra, hueso, medalla, hueso, rata, plástico, piedra, piedra, piedra, hueso...
Me entretengo contando los despojos y separándolos con un palito para devolver el tiempo a una historia que no conocí.
No puedo armar al muerto porque me faltan piezas; no encuentro sus ojos ni conozco el amuleto que le falló a mitad del camino y eternizó la dimensión del río en la última mirada permitida.
Quizá me he perdido de mirar una sonrisa desdentada que calculó en tres pasos lo que debieron ser diez inconclusos. Quizá entre los despojos no advertí el ángulo recto del perfil triunfante en agonía.
No hay nada salvo la urgencia ajena que me grita "yo fui" sin embargo la abulia propia me hace construír un inventario en el que ahora sí ya no caben sueños. Lo mismo me da la rata que el zapato que los huesos manchados que el pelo que se asoma que la piedra que mi mano que mi blusa...
Me uno al montón de despojos ahora que no tengo historia, ahora que sé por qué morir a escasos metros del río, es una decisión que seduce no al suicida sino al que adolece esperanza.


santacannabis
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día y noche

el sol ilumina lo existente con una especie de irradiación igualitaria; en la oscuridad, en cambio, las contradicciones fulguran titilantes como marquesinas de neón.

es viejo, sí.
es mío.
lo (ex)traje porque tenía ganas de (ex)traerlo.
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1.9.03

Usted me pregunta sobre el otro muerto, el quinto, el que quedó tendido boca abajo con la cara casi sumergida en la sangre de los otros cuatro. El más chico de los cuatro hermanos que somos. Ese que mientras agonizaba hacía burbujas con la respiración. Si, a ese si lo maté yo. Pero ya le dije que fue en defensa propia. Yo a ese lo quería, pero estaba con todo el diablo adentro. Decía que los cuatro muertos eran míos y que eran mis padres y hermanos y que estaba loco de remate y todo eso. Si, ya sé que hace un tiempo estuve amenazándolos, pero ya le dije que me he dejado de esas cosas, que ya estoy curado y que si vine es porque la última vez que los… visité fue antes de internarme, y de eso hace mucho tiempo y los extrañaba. Ya sabe usted que estaba un poco confundido y que por eso vinieron los policías y las inyecciones. Pero ahora estoy curado. No tiene más que preguntarle a los médicos. Esto mismo se lo dije también a él. Pero estaba como ciego y no entendía razones. De no haber tenido que hundirle a él también ese cuchillo… si, si, ya le dije, el mismo cuchillo. Le decía que de no haber tenido que hundirle a él ese cuchillo cuando empezó a gritar, lo hubiera llevado conmigo al hospital para que lo curaran igual que a mi, porque parecía estar tan confundido como yo en aquellos días. Pero no me dejó alternativa. Si hay algo que nunca pude soportar es que me alzaran la voz. Usted sabe que por eso estuve internado. El día que ustedes vinieron a buscarme estaba con eso. Nunca me gustó que me gritaran y ustedes llegaron justito, según me dijeron, porque la verdad que no me acuerdo de casi nada. Sólo sé que él, mi padre, me estaba gritando eso de que no sirvo para nada que siempre me decía. Igual que hoy cuando vine a visitarlos después de tanto tiempo, porque como le dije los extrañaba. Y empezó otra vez con lo mismo. Y de a uno empezaron a gritarme todos y a empujarme hacia la calle, como la vez en que justo vinieron ustedes.
¿Después? Ya le dije. Todos estaban muertos cuando llegué. La puerta había quedado entornada, así que entré y ahí me los encontré a todos bien fríos.


Fin
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Teogonía

En el principio era el hombre.
Estaba desamparado
y el universo se cernía sobre él,
y dijo
haya dios o dioses
porque no tengo razón
y es inhumana la responsabilidad de ser,
y hubo dios,
pero no supo el hombre si su obra era buena.


En la esfera

Aquí soy,
en el centro inconcebible del universo mundo,
imponderable como número
de las gotas que llovieron.
¿Qué haré?


Inconveniente monocular

El cíclope está muy triste.
Llora y llora
y no puede agotar su llanto.
El cíclope muere de pena, por supuesto,
pues no alcanza un ojo para llorar.


José María Flores León
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Yo acababa de llegar, por eso es que estoy seguro de que no fui quien los asesinó. Sí, sí. Es cierto, hace un tiempo estuve amenazándolos, que los iba a matar y todo eso. Por eso es que me interné en el hospital. Bueno, sí. No fui voluntariamente, pero fui. Los policías me llevaron. Estaba un poco confundido, tiene razón. Me dieron unas inyecciones y unas pastillas.

kill your parents

Después, con el tiempo, me fui tranquilizando, ya ve. Me he dejado de esas cosas. Puede usted preguntarle a los médicos. Dicen que he estado haciendo muchos progresos, que mi tratamiento está dando buenos resultados, por eso me redujeron la medicación, porque ya no tengo esos ataques que tenía antes, entiendo la diferencia entre realidad y fantasía y les parece saludable que salga a trabajar algunas horas diarias.


continuará...
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