manocruel ©

18.11.05

no caballero, ni lo piense, no nací para eso, ni morí por eso, anote que me niego terminantemente, por favor, anótelo, deje bien claro que, salvo yo mismo, no acepto que nadie responda por mí, entienda, véame, mire estas arrugas, observe estas articulaciones inchadas, estos huesos doblados, son el precio, es el saldo de la cuenta, está en cero, mire, no he debido nada a nadie, y no espere que empiece ahora, huélame la piel, no, no es perfume francés, es el olor rancio de lo que desaparece, es la marca indeleble de lo envejecido, el precio de lo que se sostiene por fuerza propia, de lo que no se vendió, vende o venderá.
olvídese, haga el favor, no insista.


(escucha secreta: conversación entre el alma de un agnóstico y dios)