manocruel ©

13.12.07

en el supuesto entuerto de tener que optar entre dos o más cosas, uno diría con razonable tranquilidad que hay pocas salidas a un asunto cualquiera, que hay mucho por perder o mucho por ganar.
si el entuerto en cuestión ofreciera en cambio más de dos posibles soluciones, y hasta tres o cuatro inclusive, los riesgos de beneficio o de pérdida variarían en relativa proporción y, con discutible objetividad, podría afirmarse que es mucho o poco lo que habría de ganarse o perderse.
también, y con cierta razón, quien por algún caprichoso encadenamiento de causalidades hubiera o hubiese alcanzado estas líneas, tendría buena cantidad de razones para preguntarse si quien suscribe no ha perdido la chaveta o la brújula, que para el caso es lo mismo, habida cuenta de su (mi) reconocida trayectoria como poeta, si acaso el móvil que lo mueve en la penumbra del devenir se ha quedado sin luces cortas largas o de las chiquitas, o si el guardián del faro que lo guía ha decidido negarle al fin su largo brazo luminoso y en el ancho y négrido mar deambula su alma sin rumbo ni sentido.

¿y quién sabe?